miércoles, 21 de diciembre de 2011

BRASIL ... TIERRA PROMETIDA ... PARA LOS INMIGRANTES


Brasil, la tierra prometida para los inmigrantes

Por Alberto Armendariz  | LA NACION


RIO DE JANEIRO.- Después de dos décadas de convulsiones económicas que llevaron a muchos brasileños a vivir en el exterior, Brasil ha vuelto a ser la tierra prometida para millones de ciudadanos de diversas partes del mundo, que, atraídos por el crecimiento del país, llegan aquí buscando mejores oportunidades de vida.
Como o pôr do sol, centenas de refugiados da Líbia buscam alimentos em um acampamento de trânsito perto da fronteira entre a Tunísia e a Líbia. Mais de três quartos de um milhão de pessoas se tornaram refugiados, após agitações e conflitos na África e no Oriente Médio.  Foto: UN Photo/OCHA/David Ohana.
Según cifras de los ministerios de Justicia y de Trabajo, Brasil viene experimentando en los últimos años un verdadero boom inmigratorio, impulsado por el crecimiento económico nacional y la crisis en Europa y en Estados Unidos.
Tan sólo en el último año, el número de inmigrantes aumentó 52,4%: en diciembre de 2010 había 961.877 extranjeros viviendo legalmente en Brasil y hoy son 1.466.000. Pero si se tiene en cuenta a los indocumentados, estimados en más de 600.000 por organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos de los inmigrantes, la cifra supera los dos millones de extranjeros, en un país de 190 millones de personas.
"En Portugal, la situación está muy mal. Hay mucha oferta de profesionales formados sin trabajo, la perspectiva de negocios está parada y el ambiente es muy deprimente. Brasil es todo lo contrario; está en pleno auge, creciendo a un ritmo acelerado, hay mucho trabajo, falta mano de obra calificada, y la gente es muy optimista respecto al futuro. Es un buen lugar para hacer dinero", señaló a LA NACION el diseñador gráfico Gonçalo Pires, de 27 años, oriundo de Sintra, Portugal.
Pires llegó hace seis años y decidió instalarse en Río de Janeiro tres años atrás para montar su propia agencia de comunicación y diseño, Vidigalo, junto con un socio alemán, André Koller, de 35 años.
Para Paulo Abrão, secretario nacional de Justicia, el aumento en el flujo de inmigrantes a Brasil se explica por una conjunción de razones económicas, políticas y culturales.
"La consolidación de Brasil en el mercado internacional, con gran crecimiento económico, elevó las inversiones externas, lo que trajo mucha mano de obra extranjera a instalarse aquí; a eso se le agrega la crisis en los países centrales, donde hay un fuerte desempleo", indicó Abrão.
"En los últimos tiempos, Brasil asumió una mayor visibilidad internacional y obtuvo la organización de dos megaeventos, como son el Mundial de fútbol de 2014 y las Olimpíadas de 2016 -indicó- . Desde el punto de vista cultural, Brasil es un país democrático, abierto, con gran diversidad, que en su historia se nutrió de diversas olas de inmigración, portugueses, italianos, alemanes, japoneses, africanos, y tiene una imagen positiva de país receptor de inmigrantes."
De acuerdo con los datos de la Secretaría Nacional de Justicia, que lleva registro de los extranjeros que residen legalmente en el país, el mayor número de inmigrantes son portugueses, con 328.856 personas; les siguen los bolivianos, con 50.640; los argentinos, con 42.163; los chinos, con 35.265, y los paraguayos, con 17.604 personas.
Rodrigo Bertolotto/UOL
Estas cifras incluyen tanto a los extranjeros que recibieron visados temporales como a los que ya tienen residencia permanente tras vivir dos años en Brasil, como es el caso de las casi 45.000 personas que se beneficiaron en 2009 de una amnistía para regularizar su situación.
"La gente que está llegando es mano de obra calificada, en especial en los sectores de tecnología e innovación, y profesionales con alto nivel educativo", destacó Abrão.
"Vienen con vínculos de trabajo en empresas brasileñas o son empleados de firmas extranjeras que vienen por un período para instalar equipos o dar asesoría técnica sobre alguna tecnología. Eso explica el gran número de chinos que llegaron en los últimos años, en los que las relaciones comerciales con China aumentaron mucho", añadió.
Entre los nuevos inmigrantes que ingresan de manera legal hay ejecutivos, técnicos, investigadores, artistas, estudiantes, religiosos, deportistas y refugiados, así como también sus cónyuges. La mayoría tiene entre 18 y 30 años.
Foto de Maurício Hashizume

OPORTUNIDADES

El dentista boliviano Luis Calvo, de 37 años, llegó a San Pablo seis años atrás, primero para hacer un posgrado junto con su esposa, Vivian, pero tuvieron un hijo y piensan quedarse.
"En Brasil, hay más oportunidades para crecer profesionalmente. Sí, haces más dinero que en Bolivia, pero eso es relativo, porque en una ciudad como San Pablo el costo de vida es muy caro", apuntó Calvo, oriundo de Cochabamba.
Arribado hace apenas tres meses, el peruano Patricio Benavides, 32 años, chef de la cebichería peruana La Carioca, en Río, todavía está luchando con el idioma, pero se lo nota muy optimista.
"Brasil está en pleno crecimiento y lo seguirá estando en los próximos años, con el Mundial y los Juegos Olímpicos. Y Río está floreciendo en el ámbito gastronómico, con muchos nuevos restaurantes y la gente con ganas de probar cosas diferentes", estimó el chef limeño.
Tras ser contratado por socios brasileños, Benavides se benefició junto con su esposa, María José, del acuerdo de libre residencia temporal que Brasil tiene con los otros miembros del Mercosur y países asociados al bloque (Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú).
Ya con dominio del portugués y con ganas de tener una experiencia profesional en Brasil para ampliar sus horizontes, el argentino Federico Elizalde, de 30 años, también aprovechó el acuerdo de libre residencia del Mercosur, y el año pasado dejó su trabajo en Buenos Aires para emigrar a Río.
"Creo que es un país con una energía muy especial, que está en un momento de transformación, y quiero aprender de los brasileños. Mi idea es quedarme en Río unos cinco o seis años antes de volver a la Argentina, pero conectado siempre con Brasil", comentó Elizalde, que trabaja en la compañía de servicios empresariales The Austral Group, a la vez que desarrolla un emprendimiento personal en el sector de petróleo y gas.

INDOCUMENTADOS

Muy distinta es la situación del electricista ghanés Henry Kyei, 50 años, que llegó hace un año y todavía sueña con conseguir papeles y trabajar en su ámbito. Mientras tanto, todos los días vende relojes en un puesto callejero frente a la Estación Central de Brasil, en Río, donde comparte espacio con decenas de inmigrantes africanos indocumentados como él, que vienen de Angola, Mozambique, Liberia y Costa de Marfil.
"Brasil me gusta porque a los brasileños les gusta la gente. Quisiera ganar más dinero y quedarme aquí, con mi novia carioca", contó.
Según el padre Mario Geremia, de la Pastoral del Migrante, en San Pablo, cada vez hay más inmigrantes indocumentados. Llegan por su propia cuenta o traficados por organizaciones que los obligan a trabajar aquí en condiciones análogas a la esclavitud, principalmente en el área textil o en la agricultura. "Siempre hay personas que se aprovechan de la desesperación de la gente", afirmó el religioso, que en la Casa del Migrante brinda asistencia legal, cursos de portugués y hasta alojamiento temporario.

CIFRAS IMPACTANTES

1.466.000 inmigrantes legales en Brasil El número de inmigrantes aumentó 52,4% en el último año: en diciembre de 2010 había 961.877 extranjeros viviendo en Brasil
328.856 portugueses La mayor cantidad de inmigrantes proviene de Portugal. En 2010 eran 276.703.
50.640 bolivianos Es la segunda comunidad más grande de extranjeros. En 2010 había 35.092 bolivianos.
42.163 argentinos La cantidad de argentinos viviendo en Brasil también aumentó: en 2010 eran 39.232.
FONTE
LANACION
RADIOINFINITAWEB

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