La llegada del nuevo año fue celebrada por todo lo alto en los cinco continentes, con la acostumbrada espectacularidad de los fuegos artificiales y otros típicos eventos festivos para dejar atrás la crisis del 2010.
En la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, dos millones de personas se congregaron para recibir el 2011 con un show de fuegos artificiales cuyo punto más destacado fue el lanzamiento del logo de los Juegos Olímpicos del 2016, que fue exhibido en pantallas gigantes dispuestas en la playa y en grandes banderas desplegadas en la arena de este punto turístico, y al ser descubierto fue saludado por una ovación de la multitud.
En Nueva York, que se recupera de un severo temporal de nieve, se estimaba una afluencia de hasta un millón de personas en los alrededores del Times Square para asistir al recuento de los últimos minutos del año.
Más temprano, unas 100.000 personas festejaron en los Campos Elíseos de París, gritando y besándose pese al frío glacial que envuelve a la capital francesa.
En Viena, cerca de 700.000 personas celebraron la ocasión en el centro histórico, mientras los fuegos de artificio coloreaban el cielo. Gran Bretaña también celebró el nuevo año con fuegos artificiales en los cielos de Londres y Edimburgo, y miles de personas festejando en las calles.
En Madrid, miles de personas se reunieron como cada año en la Puerta del Sol, para comer las 12 uvas a medianoche. Los fumadores aprovechaban además su última noche de libertad en cafés y restaurantes, donde se prohibirá el tabaco desde hoy.
La pequeña república báltica de Estonia entró el 2011 pasando al euro, la moneda única europea, que se vio en apuros en los últimos meses por la crisis.
En Dubái, el rascacielos más alto del mundo, Burj Jalifa, se iluminó a las 0.00, junto con espectaculares fuegos artificiales.
fiesta. Las celebraciones se inauguraron en Oceanía y Asia, cuyos habitantes fueron los primeros en comenzar el año 2011. Sidney se encargó de abrir el espectáculo con una fiesta de fuegos artificiales sobre el puerto con más de siete toneladas de cohetes, para 1,5 millones de personas.
Los primeros en recibir al 2011 fueron empero los 6.000 habitantes de Kiribati, un archipiélago en el océano Pacífico.
En Asia, unas 400.000 personas presenciaron los fuegos artificiales lanzados en la bahía de Hong Kong. Millones de japoneses visitaron a su vez los templos sintoístas para "purificarse".
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