Argentina: la comunidad peruana en Mendoza creció en forma exponencial
Mendoza / Argentina 13 de Junio 2012
Así lo muestran los resultados de los censos. Esta corriente migratoria se caracteriza por ser urbana, joven, escolarizada y altamente feminizada. La mayoría de las mujeres se dedica a tareas domésticas y al cuidado de niños y ancianos.
La comunidad peruana en Mendoza creció en forma exponencial en los últimos veinte años. Esta corriente migratoria se caracteriza por ser urbana, joven, altamente escolarizada y feminizada, ya que se dedica especialmente a tareas domésticas y al cuidado de niños y ancianos.
Reconstruir la historia de los peruanos en Mendoza es una tarea que se propuso la licenciada en Geografía y becaria del Conicet, Cinthia Insa. Los datos estadísticos y las horas compartidas con ciudadanos peruanos serán el alma de la tesis doctoral en Ciencias Sociales y Humanas que está elaborando.
Insa destacó el crecimiento exponencial que tuvo la comunidad peruana en Mendoza, un dato que se desprende de los resultados de los censos nacionales. En 1980 vivía en la provincia 229 peruanos, en 1991 la cifra pasó a 365, en 2001 a 3.163 y en 2010 el número se elevó a 5.360 personas.
La mayoría de las inmigrantes peruanas se dedica a tareas domésticas
La integrante del Instituto Multidisciplinario de Estudios Sociales Contemporáneos de la Facultad de Filosofía de la UNCuyo, explicó que la gran migración peruana se dio en los ’90, debido a la crisis económica y social que vivía ese país.
Insa enumeró algunas características de esta migración. La mayoría proviene de la zona norte, específicamente de Trujillo, es mujer y joven, ya que el 90 por ciento está en edad activa, además es una migración eminentemente urbana.
Los peruanos suelen ingresan al país como turistas y un gran porcentaje se instala en Buenos Aires. En Mendoza, se ubican en zonas del microcentro, en Dorrego, San José, Carrodilla y Chacras de Coria. Los menos viven en San Rafael, San Martín y Maipú.
Maternidad a distancia
Insa explicó el fenómeno de la feminización de la migración peruana. Dijo que no sólo está relacionada con la mayoría numérica, sino con que ellas deciden migrar, especialmente por motivos económicos, aunque la salida de su país también les permite liberarse de una cultura fuertemente patriarcal.
En 1980 vivían en Mendoza 229 peruanos, en 2010 la cifra trepó a 5.360.
La investigadora explicó que el 50 por ciento de las mujeres peruanas que llega a Mendoza se suma a la cadena de cuidado global, ya que se dedican a tareas domésticas y al cuidado de niños y ancianos. Al mismo tiempo, ellas se convierten en jefas de hogar transnacionales, porque en la mayoría de los casos viajan solas y dejan a sus hijos al cuidado de su abuela, su tía o su madrina, y envían remesas todos los meses a su país.
Insa comentó que las peruanas viven la maternidad a distancia, porque suelen tardan años en lograr la reunificación familiar, es decir que viajen sus hijos y su compañero.
En este sentido, la investigadora explicó que las mujeres tienen un doble sufrimiento: estar alejadas de sus hijos y soportar los juicios de valor que suelen escuchar por tomar esta decisión.
Una de las características, que según la investigadora, diferencian a la comunidad peruana de otros migrantes es su alto nivel de escolaridad. Más del 68 por ciento tiene la secundaria completa y el 18 por ciento acredita estudios terciarios o universitarios.
Esta es una de las razones por las que son muy solicitadas para el cuidado de niños, ya que pueden colaborar sin problema con los pequeños en la realización de tareas escolares.
Conservar las tradiciones
Desde hace meses, Insa comparte las vivencias con un grupo de migrantes peruanos que habita en un barrio ubicado en Luján de Cuyo. Esto le permitió corroborar el esfuerzo que hacen por conservar sus tradiciones, especialmente la música y la gastronomía, además de sus fiestas religiosas como la del Señor de los Milagros y de la Virgen de la puerta de Otuzco, o el día de la Madre, que es una celebración especial para ellos.
La comunidad peruana mantiene la celabración de sus fiestas tradicionales.
El barrio sirve de muestra para confirmar las tareas a las que se dedica la comunidad. Entre las mujeres sigue prevaleciendo el servicio domésticos y el cuidado de ancianos y niños, mientras los varones hacen trabajos de albañilería y jardinería.
La investigadora señaló que en los últimos años varias familias abrieron emprendimientos gastronómicos, y ya existen ocho restaurantes peruanos en la provincia. Este es otro de los datos que aparecerá en su tesis doctoral, que trata de reconstruir la historia de los peruanos que decidieron vivir en Mendoza.
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