Maidana recrea el “fenómeno” del caporal
Desde el año 1995, Freddy Maidana se aventuró a descubrir el misterio de la danza del caporal, en un documento de análisis y seguimiento a los acontecimientos y figuras que dieron nacimiento y fuego a este baile. La danza de los caporales es el resultado de esta exhaustiva búsqueda por comprender las raíces que gestaron el desarrollo de una de las expresiones más emblemáticas de Bolivia. Hoy, el libro se presenta en el Museo Nacional de Etnografía y Folclore a las 19.30. La obra tiene un costo de 30 bolivianos y estará a la venta en la misma institución.
“Mi libro es la defensa de un patrimonio intangible de nuestro país. Tiene bastantes fuentes y protagonistas en su historia, que llevaron a constituirla en una danza popular y en icono de nuestra cultura”, explica el autor.
Figuras del caporal. En la danza del caporal, figuras importantes representaron la coreografía de su construcción histórica. En el texto de Freddy Maidana se hace un recorrido por los principales propulsores del caporal en los años 60 y 70, en tanto figuras que levantaron con ímpetu y recrearon los ritmos negros de la saya para generar esta creación. “Vicente y Víctor Estrada son los grandes mentores de esta danza que empezó a ver sus frutos en 1969”, explica el también docente universitario. En 1969 se apreció por primera vez este derivado de la saya en el Teatro al Aire Libre y llamó la atención de la comunidad. “En 1972, en el Gran Poder lució sus atributos y en 1975, durante el Gobierno del general Hugo Banzer Suárez, se convirtió en la danza más importante de la paceñidad”, expresa Maidana. Alrededor de 150 páginas permiten descubrir a los músicos como trampolines que dieron impulso a esta expresión. “Los Payas era una banda conformada por dos hermanos, Octavio Cordero y Freddy Suazo. El poeta Coco Manto, quien ahora es embajador en México, fue otro de los creadores que enriquecieron la lírica del caporal”, según explica el investigador.
Transformaciones. Las transformaciones que sufrió el caporal en su ideología y personajes se ven en La danza de los caporales. “Parto de la fuente del barrio de Chijini, donde empezó a bailarse”, manifiesta en su obra el especialista. “Es interesante ver cómo la figura de la mujer ha ido evolucionando en los caporales. De ser una chica con su wawita en la saya, pasó a convertirse en una mujer muy sensual. Esas transiciones las observo en mi libro”, finaliza Maidana.
“El caporal ha logrado integrar a la gente y romper las barreras de prejuicios culturales que se tejían sobre el folclore, el cual se adjudicaba a la gente chola”.
Cambio de mentalidad. Mientras la sociedad boliviana estaba dividida y tenía el prejuicio de que sólo la gente de escasos recursos tenía acceso al folclore, el baile del caporal rompió ese estigma. “Cuando en 1975 adquirió su autonomía como baile, se unió la sociedad. Las personas dejaron de ver al folclore como un baile de pobres y de la clase social baja”, especifica el experto.
Vestimenta y pasos de baile. También se descubren las mutaciones que fueron sufriendo la vestimenta y los pasos de los bailarines a lo largo de casi cinco décadas en el análisis del investigador del Museo Nacional de Etnografía y Folclore.
1969 Ese año se bailó y estrenó por vez primera esta expresión en el Teatro al Aire Libre.
FONTE
LAPRENSA
INFINITAFM
La historia de una danza que cambió la mentalidad de su pueblo es explorada en un análisis apasionante.
Desde el año 1995, Freddy Maidana se aventuró a descubrir el misterio de la danza del caporal, en un documento de análisis y seguimiento a los acontecimientos y figuras que dieron nacimiento y fuego a este baile. La danza de los caporales es el resultado de esta exhaustiva búsqueda por comprender las raíces que gestaron el desarrollo de una de las expresiones más emblemáticas de Bolivia. Hoy, el libro se presenta en el Museo Nacional de Etnografía y Folclore a las 19.30. La obra tiene un costo de 30 bolivianos y estará a la venta en la misma institución.
“Mi libro es la defensa de un patrimonio intangible de nuestro país. Tiene bastantes fuentes y protagonistas en su historia, que llevaron a constituirla en una danza popular y en icono de nuestra cultura”, explica el autor.
Figuras del caporal. En la danza del caporal, figuras importantes representaron la coreografía de su construcción histórica. En el texto de Freddy Maidana se hace un recorrido por los principales propulsores del caporal en los años 60 y 70, en tanto figuras que levantaron con ímpetu y recrearon los ritmos negros de la saya para generar esta creación. “Vicente y Víctor Estrada son los grandes mentores de esta danza que empezó a ver sus frutos en 1969”, explica el también docente universitario. En 1969 se apreció por primera vez este derivado de la saya en el Teatro al Aire Libre y llamó la atención de la comunidad. “En 1972, en el Gran Poder lució sus atributos y en 1975, durante el Gobierno del general Hugo Banzer Suárez, se convirtió en la danza más importante de la paceñidad”, expresa Maidana. Alrededor de 150 páginas permiten descubrir a los músicos como trampolines que dieron impulso a esta expresión. “Los Payas era una banda conformada por dos hermanos, Octavio Cordero y Freddy Suazo. El poeta Coco Manto, quien ahora es embajador en México, fue otro de los creadores que enriquecieron la lírica del caporal”, según explica el investigador.
Transformaciones. Las transformaciones que sufrió el caporal en su ideología y personajes se ven en La danza de los caporales. “Parto de la fuente del barrio de Chijini, donde empezó a bailarse”, manifiesta en su obra el especialista. “Es interesante ver cómo la figura de la mujer ha ido evolucionando en los caporales. De ser una chica con su wawita en la saya, pasó a convertirse en una mujer muy sensual. Esas transiciones las observo en mi libro”, finaliza Maidana.
“El caporal ha logrado integrar a la gente y romper las barreras de prejuicios culturales que se tejían sobre el folclore, el cual se adjudicaba a la gente chola”.
Cambio de mentalidad. Mientras la sociedad boliviana estaba dividida y tenía el prejuicio de que sólo la gente de escasos recursos tenía acceso al folclore, el baile del caporal rompió ese estigma. “Cuando en 1975 adquirió su autonomía como baile, se unió la sociedad. Las personas dejaron de ver al folclore como un baile de pobres y de la clase social baja”, especifica el experto.
Vestimenta y pasos de baile. También se descubren las mutaciones que fueron sufriendo la vestimenta y los pasos de los bailarines a lo largo de casi cinco décadas en el análisis del investigador del Museo Nacional de Etnografía y Folclore.
1969 Ese año se bailó y estrenó por vez primera esta expresión en el Teatro al Aire Libre.
FONTE
LAPRENSA
INFINITAFM
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